Ya nos dimos cuenta al pasar por el Alto del León, que prácticamente no quedaba nieve. A pesar del frescor de la sombra del bosque el calor apretó y los pájaros celebraban la primavera venidera. Grupos de carboneros garrapinos cruzaban de uno a otro lado y los cuervos dejaban oír sus fuertes graznidos mientras realizaban sus vuelos con acrobacias nupciales, a pesar de emparejarse de por vida, realizan cada año estos cortejos.
Los crocus, pequeñas flores de la familia del azafrán, tapizaban el suelo por toda la parte alta. Florecen muy pronto, incluso entre la nieve al final del invierno, y algunas especies vuelven a hacerlo en otoño anunciando de nuevo el frío.
Pero menos mal que hacía calor, porque el patoso que escribe, tanto cruzar el arroyo Mayor de un lado a otro, en una de esas me venció el tronco que pisaba y sí, metí la pata y anduve con el pie mojado casi todo el día. En fin, gajes del oficio.
Hacía muchísimos años que no subía por esta vertiente segoviana de la sierra. Dejando el coche según se entra en San Rafael a la izquierda empezamos a caminar hacia Cabeza Lijar. Subimos por el GR 88 y atravesamos la Cañada Real Leonesa, finalmente se llega al omnipresente GR 10.
La bajada la hicimos por una pista paralela, para no cruzar tanto arroyo, claro.
Estos bosques de pinos de Valsaín me resultan cada vez más entrañables y hermosos, con sus troncos delgados y altos.
El camino es agradable, de pendiente suave excepto en su última parte, una vez superada la cañada, que se convierte en sendero más pedregoso y empinado. Llegando a la carretera, queda la última subida a Cabeza Lijar, en este punto nos encontramos con numerosos senderistas y "domingators" que llegan en coche a esta zona. Es el único punto donde hay gente porque el resto es absolutamente solitario.
Track de la ruta
primavera en invierno en la sierra, y verano en primavera al andalus, cuando llegue el verano sera invierno o infierno, se vera.
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