Como estaba previsto mucho viento en las partes altas decidimos dar un paseo por el bosque, algo simple, sin cumbres. Y fue un acierto.
Dejamos el coche en las siete revueltas y tomamos un camino que al principio es asfaltado y está cerrado al tráfico. Al estar cubierto de nieve y aun siendo la parte más sosa, ya era bonito.
Al poco se convierte en senda y poco a poco va remontando hasta el Schmid. En la última parte incluso subimos por fuera de camino por una nieve muy agradable de pisar.
Cogimos dirección a la Fuenfría y con la niebla y la cantidad de nieve que había por esta zona, vimos las mejores estampas de árboles cubiertos de nieve, helados, en cualquier momento podía surgir un hada o un trasgu.
Como no había mucha visibilidad no tomamos la senda de Cospes ni collado Ventoso, sino que seguimos dirección hacia la Fuenfría y antes de llegar cogimos a la derecha el camino indicado como carril del Gallo.
Bajando por este camino llegamos de nuevo al coche no sin antes pasar por el mirador y pradera de Navalazor, y arroyos en los que contemplar cómo se forman las agujas de hielo.
Habiendo visto varias huellas, lo único que nos faltaba era encontrar un corzo. Y ocurrió en el último momento, poco antes de alcanzar la carretera se nos quedó mirando a lo lejos hasta que dando un par de brincos decidió que ya era suficiente.
Dejo unas fotos tomadas con el teléfono.
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