jueves, 7 de mayo de 2015

CHARCOS Y RENACUAJOS

Durante esta primavera de lluvias irregulares y escasas me he fijado cada vez que salía a correr en un charco no muy lejos de casa.

A la vez que las jaras desarrollaban sus brotes y surgían las nuevas flores, en este charco estaban evolucionando unos renacuajos.
Primero, como un simple collar de puntos negros. Huevos adheridos los unos a los otros, después pequeños perdigones negros de minúscula y nerviosa cola.
Con el fuerte calor del mes pasado pensé que se acababa su refugio y por ende su vida. En época de bonanza, el charco no sobrepasa los cinco metros de longitud. Unas lluvias fuertes aunque cortas los han salvado en un par de ocasiones. Ahora ya están bastan desarrollados y gordotes, a punto de salirles las patas. El agua nuevamente escasea, el charco ha reducido su dimensión a menos de dos metros y ha pasado de transparente a opaca, germinando en ella algunas plantas.
Por lo que sé, pueden tardar hasta tres meses en desarrollarse y salir del agua. No sé si lo conseguirán.





ya crecidito

Reflexión:
¿Es posible que nos importen más estos renacuajos que los miles de africanos que cruzan el Mediterráneo? Los muertos este año en el estrecho de Sicilia ya se cuentan por miles.
¿Por qué en Estados Unidos las organizaciones que más dinero recogen procedente de herencias son las relacionadas con mascotas y no con humanos?

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