Arroyo Guarramillas, arroyo Cerradillas.
Primeros pasos sobre una capa dura de nieve dura, casi helada, que crujía bajo el peso de las botas.
Pronto llegamos a zona arbolada, un remanso de paz solo roto por el sonido de un viento suave a ratos, violento otras veces contra las copas de los árboles.
Ahora se escuchan los rápidos parloteos de los carboneros garrapinos. Muchas veces me pregunto cómo aguantan estos pequeños pajarillos con estas temperaturas bajo cero.
Hemos recorrido esta senda varias veces fuera del invierno, pero con más de medio metro de nieve acumulada el paisaje está irreconocible.
La niebla, que a ratos levanta, da un aspecto de ensueño, fantasmagórico.
Algunos árboles gigantes me recuerda a películas de ficción. Parecen a punto de acogerte entre sus ramas cargadas de nieve.
Volvemos al coche
Todavía sueño.
Que suerte encontrar paz en estos tiempos que vivimos y poder capturar en la retina la belleza pasmosa de ese entorno.
ResponderEliminarEnvidia no, lo siguiente ��
Pasada de fotos....
ResponderEliminarUn día maravilloso.
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